Si lo más importante son nuestras niñas y niños, la refinería debe irse de NL: Samuel García

Si lo más importante son nuestras niñas y niños, la refinería debe irse de NL: Samuel García

Una carta para Nuevo León

Si lo más importante son nuestras niñas y niños, la refinería debe irse de Nuevo León

Desde que Mariel llegó a mi vida, siempre estoy pensando en el futuro, en su futuro. Quiero que sea feliz, que no le falte nada, que no sufra, alejarla de todo lo que pueda hacerle daño. Supongo que eso significa ser papá, querer hacer lo imposible para que nuestros hijos estén a salvo y bien.

Todos los días me despierto pensando en qué puedo hacer para que Nuevo León sea un mejor lugar para ella y para todas las niñas y niños. Un mejor lugar para estudiar, un mejor lugar para divertirse, un mejor lugar para vivir. Ese es el nuevo Nuevo León que todas y todos hemos estado construyendo en los últimos años.

Hemos avanzado mucho en atención médica, educación, espacios públicos, apoyos y en temas para hacer mejor el presente de nuestras niñas y niños, pero pensando en futuro hay dos temas importantísimos en los que tenemos que trabajar: agua y aire. ¿Qué clase de padres somos si les dejamos un mundo en sequía y contaminado?

En el tema del agua hemos avanzado mucho, con obra, tecnología, poniendo un alto a quienes derrochan, fomentando una nueva cultura del uso del agua. Y aunque es un problema que vamos a enfrentar siempre, estamos haciendo lo correcto, estamos avanzando y le estamos dejando a las próximas generaciones mejores condiciones que las que nos ha tocado vivir.

El tema del aire es diferente, es cierto que logramos que se reconociera en la nueva Constitución el derecho a un medio ambiente sano, al aire limpio y a las energías renovables, creamos la Secretaría de Medio Ambiente, una nueva Agencia de la Calidad del Aire, que monitorea todos los días y a todas horas el aire que respiramos, y echamos a andar el programa de puntos de aire limpio para reducir la contaminación provocada por carros. Sé que para tener aire limpio también hay que apostarle a un sistema de transporte público integral y de calidad, a los espacios públicos y a la industria verde y eso es lo que hemos estado haciendo en este gobierno.

Todas estas acciones suman y son un primer paso para una ciudad más limpia, pero nunca serán suficientes si no arrancamos el problema de raíz. No puede ser que, en Nuevo León, la tierra de Tesla, de la electromovilidad, del futuro, de los sueños, tengamos una refinería dentro de la ciudad. Es absurdo que se ponga en juego la salud de nuestros niños y niñas por la obstinación de mantener una fuente de energía del pasado.

La refinería de Cadereyta es una de las principales razones por las que tenemos varios días del año fuera de norma y respirando aire sucio, lo que provoca un aumento en enfermedades respiratorias en niñas y niños. La refinería debe irse de Cadereyta porque no podemos seguir comprometiendo nuestra salud y la de las generaciones futuras.

Y que a Nuevo León no nos vengan a decir que no se puede, si países como Singapur y Japón ya lo hicieron, allá implementaron zonas industriales alejadas de las áreas residenciales para reducir la contaminación. Lo mismo que tenemos que hacer en Nuevo León: la reubicación de la refinería de Cadereyta es la única solución efectiva y de largo plazo para enfrentar la contaminación en el área metropolitana,

Hoy, como cientos de ciudadanos, hago un llamado al Gobierno Federal y a Pemex, no podemos seguir comprometiendo la salud de las y los neoleoneses y la de las generaciones futuras. Es momento de dejar las refinerías en el pasado y ver por el futuro. Si lo más importante son nuestras niñas y niños, la refinería debe irse de Nuevo León.

Por el futuro de ellas y ellos, el día de mañana, a primera hora, presentaré una iniciativa al Congreso para que el Estado pueda actuar de verdad y con contundencia en defensa del derecho humano al aire, incluso en áreas que sean materia federal.

Todo esto lo hago pensando en Nuevo León, en las niñas y niños, en mi Mariel.