Comida chatarra inunda las escuelas… ¡y mata a nuestros hijos!

Comida chatarra inunda las escuelas… ¡y mata a nuestros hijos!

 

  • Industria alimentaria “dobla” a todas las instituciones
  • Campaña “Chécate, Mídete, Muévete” fue sólo un distractor ante grave problema de salud
  • Obesidad en México causa más muertes que guerra en Siria

 

En mayo de 2014 se actualizó la ley que obliga a no vender comida chatarra en todas las escuelas públicas y privadas del país, pero a cinco años la realidad es que se sigue ofreciendo a los alumnos ante la falta de sanciones y vigilancia por parte de las autoridades.

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS-OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO-ONU) las escuelas pueden ser un escenario idóneo para promover buenos hábitos alimentarios desde la niñez.

Sin embargo, en México, a pesar de la crisis de salud pública por la cual se han declarado emergencias epidemiológicas por la prevalencia de obesidad y diabetes, persisten prácticas como la venta de bebidas azucaradas, falta de acceso al agua potable gratuita, desconocimiento de la regulación actual y estrategias de la industria alimentaria para ignorar las prohibiciones de venta de alimentos y bebidas ultraprocesados.

El Dr. Juan Rivera Dommarco, Director General del Instituto Nacional de Salud Pública declaró: “A pesar de la existencia de regulaciones en las escuelas de nivel básico, que restringen la presencia de bebidas azucaradas y otros productos no saludables, su aplicación ha sido inadecuada. Dada la alta prevalencia de sobrepeso y obesidad en los escolares, urge el diseño y aplicación de acciones para convertir el actual entorno escolar obesogénico en uno que promueva la alimentación saludable y la actividad física. Para lograr este objetivo es necesaria la participación de la academia, la sociedad civil organizada y el gobierno”.

Actualmente el 26.2% de los escolares que ingresan a primaria tienen sobrepeso u obesidad, y aumenta a 39.2% en quinto grado.

EL AMBIENTE ESCOLAR OBESOGÉNICO EN MÉXICO

A fin de profundizar y complementar la evidencia disponible sobre la situación actual en las escuelas y la implementación de la regulación existente para la venta de alimentos y bebidas, la organización El Poder del Consumidor realizó un estudio titulado: “El ambiente escolar obesogénico en México: La necesidad de mejorar la regulación de la venta de alimentos y bebidas en escuelas”.

Del estudio se concluye que la regulación de la venta de alimentos y bebidas en las escuelas no se aplica de manera eficiente por varias situaciones:

 

  • No existen talleres, capacitaciones y materiales dirigidos a directores, maestros, personal de venta, miembros de Comités, madres y padres de familia sobre alimentación saludable y la regulación existente.
  • El personal de las escuelas desconoce la existencia de contenidos, obligatoriedad y sanciones de la regulación.
  • No hay recursos para gastos básicos de mantenimiento a las escuelas y las tiendas escolares se convierten en un pilar para el mantenimiento de los planteles.
  • Existe conflicto de interés para vigilar el cumplimiento de la regulación porque la industria de alimentos y bebidas proporciona recursos para el mantenimiento de las escuelas y realiza acuerdos con directivos y personal de venta.
  • La venta de alimentos ultraprocesados alrededor de las escuelas influye en el incumplimiento de la regulación al interior de los planteles.

 

SIN TRANSPARENCIA DE RESULTADOS POR AUTORIDADES

Tres de cada 10 niños viven con exceso de peso, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2016.

El ambiente obesogénico los pone en riesgo de padecer hipertensión, ser resistentes a la insulina y desarrollar diabetes tipo 2, problemas en el crecimiento, deformación en los huesos por el sobrepeso y déficit de atención.

No hay estadísticas oficiales públicas sobre la venta de comida chatarra en las escuelas, solamente el intento de la sociedad civil en el portal “Mi Escuela Saludable”, identifica a las escuelas donde se venden alimentos chatarra, por medio de denuncias directas de padres de familias vía electrónica.

Hasta ahora, lo que es una obligación de las autoridades por informar sobre la regulación en las escuelas para prohibir la comida chatarra, no existe, destacó el director ejecutivo de la Redim.

De acuerdo con la estadística de dicho portal, para el ciclo escolar pasado se reportaron malas prácticas en 327 escuelas de los 31 estados y la capital del país.

De estos reportes, el 99% aseguraron que se vendía comida chatarra de lunes a jueves; 67.5% señaló la venta de bebidas azucaradas y 96.2% que no hubo un comité que vigile la prohibición de la venta de comida chatarra, siendo la figura encargada de supervisar que no se vendan estos productos.

Una buena política de salud debe contemplar evaluaciones, consideró Simón Barquera, quien forma parte del INSP y ha hecho distintas evaluaciones de lo que sigue pasando en el entorno escolar en el país.

La SEP tiene que poner un mayor nivel de exigencia en el cumplimento de estos lineamientos a las escuelas, este es un problema de salud en el país, no es nada más un capricho”, señaló.

 

 

LA PUBLICIDAD ENGAÑOSA, ATAQUE A LA NIÑEZ

La niñez mexicana está expuesta a un bombardeo agresivo de publicidad que aumenta los riesgos de desarrollar obesidad.

El público infantil pasa en promedio 4 horas 46 minutos frente a la TV al día y está altamente expuesto a la publicidad para alimentos y bebidas chatarra por todos los medios, según publica El Poder del Consumidor.

La interferencia de la industria en la regulación de publicidad de alimentos y bebidas impacta en el consumo y pone en riesgo la salud en un país donde 1 de cada 3 niños tiene sobrepeso u obesidad.

A 4 años de entrar en vigor la regulación que restringe la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a niños, la niñez mexicana sigue expuesta a un bombardeo constante y agresivo que impacta en la preferencia de consumo e influye en la petición y la compra de productos no saludables, aumentando los riesgos a desarrollar obesidad y problemas de salud.

Este fracaso se explica por las debilidades de dicha regulación, la cual fue diseñada por la propia industria de alimentos y bebidas, ignorando las recomendaciones internacionales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las experiencias internacionales.

En un país donde 1 de cada 3 niños tiene sobrepeso u obesidad, las autoridades responsables no consultaron a los especialistas y académicos en la materia para diseñar una regulación que pudiera proteger a la infancia de la publicidad invasiva de alimentos y bebidas no saludables.

Ante esta situación, expertos en nutrición y políticas públicas, así como defensores de los derechos a la información, de la niñez y los consumidores, han hecho un análisis sobre el comportamiento del ambiente obesogénico en México en el documento “Publicidad dirigida a niños: una infancia enganchada a la obesidad”, en el que se exponen las estrategias de la industria y los errores de política pública que han impedido la aplicación de una regulación que proteja a los consumidores más vulnerables contra la publicidad invasiva de comida chatarra y bebidas azucaradas.

“La publicidad de comida chatarra es una de las grandes barreras para lograr una adecuada prevención de la obesidad en México. Es aún más preocupante que no haya regulaciones efectivas que permitan controlarla cuando se dirige de manera especial a la infancia, el grupo poblacional al que más tendríamos que estar protegiendo de ambientes poco saludables”, declaró Simón Barquera, director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud, del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).

Coordinado por la Alianza por la Salud Alimentaria —de la que somos parte—, el documento destaca la importancia de regular la publicidad invasiva de alimentos y bebidas no saludables como una medida prevenible para enfrentar la obesidad, en vista de que la regulación actual, en principio, sólo se enfoca en TV y cine, dejando fuera otros medios y herramientas de mercadeo, al tiempo de que los criterios nutrimentales para decidir qué productos se publicitan fueron diseñados por la misma industria.

Adriana Labardini Inzunza, abogada especialista en TIC para el desarrollo sustentable, recordó: “En los últimos 5 años, las autoridades competentes no sólo no han tutelado eficazmente los derechos de los menores a la salud y a la información, sino que han actuado en contra del interés superior del menor al proponer y expedir normatividad administrativa (Cofepris) que a todas luces simula soluciones y permite a las industrias relacionadas evitar o evadir las prohibiciones a la publicidad dirigida a niños y adolescentes mediante lagunas, excepciones y formalismos tramposos”.

Un estudio del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) revela que el público infantil pasó en promedio frente al televisor 4 horas 46 minutos al día en 2017, y esta cifra no incluye todo el tiempo que pasan frente de otras pantallas (celular, computadora, tablet, etc.), tiempo durante el cual niños y adolescentes están altamente expuestos a la publicidad para alimentos y bebidas.

Es importante recordar que todas estas formas de mercadotecnia impactan en la preferencia de los niños y la exposición a la publicidad influye en la petición, la compra y el consumo de estos productos chatarra, aumentando los riesgos a desarrollar obesidad y problemas de salud en la población infantil.

La mayoría de los anuncios a los cuales los niños mexicanos están expuestos cuando están viendo la TV son de productos altos en azúcar, sodio y grasas.

Por último, recordaron que es fundamental que se reformule la regulación de publicidad de alimentos y bebidas tomando como referencia la evidencia científica disponible y las recomendaciones de expertos internacionales y nacionales, especialmente en relación con el conflicto de interés.

La industria alimentaria no debe estar involucrada en la toma de decisiones en la materia y las regulaciones no deben convenir a sus intereses. Hay una ley que prohíbe la venta de comida chatarra en las escuelas.

¿QUÉ DICE LA LEY?

En mayo 2014 se actualizó la ley para regular los alimentos y bebidas que se venden en todas las escuelas públicas y privadas de México desde preescolar hasta universidad.

Esta ley prohíbe la venta de comida chatarra por lo que sólo se deben ofrecer alimentos naturales.

La comida chatarra y refrescos normales son tan dañinos que no pueden venderlos ni un solo día en las escuelas.

Esta medida ayuda a las niñas y los niños a aprender lo que se puede consumir para no tener problemas de salud y para desarrollarse plenamente, tener energía para estudiar, aprender y ser físicamente activos.

NUNCA: Refrescos, refrescos light, leche de sabor con azúcares añadidos, botanas saladas, galletas, pastelitos, dulces y postres, y yogurt con azúcar.

DE LUNES A VIERNES: Frutas y verduras, cereales integrales (amaranto, avena, etc.), oleaginosas (pepitas, nueces y cacahuates, etc.), leguminosas secas (lentejas y habas, etc.), agua natural gratuita y libre demanda.

La regulación federal sobre alimentos y bebidas preparados y procesados existe desde 2010 y se hizo obligatoria a partir de 2014.

La SEP publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) los lineamientos generales para el expendio y distribución de alimentos y bebidas preparados y procesados en las escuelas del Sistema.

“Queda prohibida la preparación, expendio y distribución de alimentos y bebidas en las escuelas del Sistema Educativo Nacional, que por representar una fuente de azúcares simples, harinas refinadas, grasas o sodio, no cumplan con los criterios nutrimentales del Anexo Único del presente Acuerdo y, en consecuencia, no favorezcan la salud de los educandos y la pongan en riesgo”, se señala en el capítulo V, sobre las prohibiciones y sanciones.

 

LA POLÍTICA CONTRA LA OBESIDAD EN MÉXICO CONVERTIDA EN UN FRANKENSTEIN

La interferencia de la industria de la chatarra y las bebidas azucaradas en la política del gobierno mexicano para la prevención de la obesidad han convertido esta política en una gran simulación, un monstruo, un Frankenstein, que está comprometiendo la vida de la población y, especialmente, el futuro de los niños mexicanos.

La diabetes en México en el sexenio pasado causó más muertes que los siete años de guerra en Siria, expresa en un boletín de prensa El Poder del Consumidor.

La Gran Simulación de política para prevenir la obesidad en México es responsable de que se mantenga las condiciones ambientales que llevarán a que 1 de cada 2 niños mexicanos desarrolle diabetes a lo largo de su vida y que actualmente vivamos bajo una declaratoria de emergencia epidemiológica por obesidad y diabetes, la única declaración de este tipo en el mundo.

El Frankenstein de la política para la prevención de la obesidad se conformó al establecer una Gran Simulación en las regulaciones de etiquetados frontales, publicidad dirigida a niños y alimentos en escuelas. En contra de las recomendaciones internacionales y nacionales, el gobierno mexicano eligió proteger los intereses de la industria de la chatarra, en lugar de la salud de la población, especialmente, de los niños.

“La confabulación entre cabilderos y funcionarios, lo que hemos de llamar El Cartel de la Chatarra, no sólo ha bloqueado en México las políticas recomendadas para prevenir la obesidad, han llevado al gobierno mexicano a actuar en contra de las políticas que se han implementado en otras naciones, y que han sido respaldadas por la propia Organización Mundial de la Salud. El gobierno mexicano ha tomado la misma postura que la industria de la chatarra en la Organización Mundial de Comercio para señalar que los etiquetados frontales de Ecuador, Chile y el propuesto en Perú, son una barrera no arancelaria al comercio, oponiéndose así a regulaciones que han recibido el propio reconocimiento de la OMS, FAO, CEPAL y otros organismos internacionales”, señala Alejandro Cavillo, director de El Poder del Consumidor.

LOS CREADORES DEL FRANKENSTEIN:

  1. COFEPRIS

El monstruo, el Frankenstein, fue creado por el contubernio de diversas instituciones de gobierno, por el llamado Cartel de la Chatarra.

1) Destaca, en primer lugar, COFEPRIS (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios) que junto con la industria de la chatarra estableció un etiquetado frontal en los alimentos y bebidas diseñado por la industria que no es entendible y que induce al alto consumo de azúcar.

2) COFEPRIS estableció una Gran Simulación en la regulación de la publicidad dirigida a la infancia, sin regular los programas y horarios que más ven los niños, como lo demuestra un estudio del Instituto Federal de Telecomunicaciones, una regulación raquítica que no comprende la publicidad en espacios públicos, los espacios familiares, los puntos de venta, el internet y tampoco regula el uso de personajes populares entre los niños, los regalos y las promociones.

  1. SECRETARÍA DE SALUD

La Secretaría de Salud (SS) declaró emergencias epidemiológicas por obesidad y diabetes y no implementó ningún protocolo para enfrentarlas.

1) Pese a contar con la evidencia probatoria de las deficiencias en las políticas de su ámbito, la SS ha desatendido las recomendaciones de la OMS/OPS de 2014 y 2016 para reformular el etiquetado frontal, fortalecer la regulación de la publicidad dirigida a la infancia y los lineamientos de alimentos y bebidas en las escuelas.

2) Secretaría de Salud entregó a la propia industria de alimentos y bebidas la evaluación de la estrategia contra la obesidad al incluirla en el Observatorio Mexicano de Enfermedades no Transmisibles (OMENT).

3) Secretaría de Salud no ha cumplido con el compromiso que acordó dentro de los objetivos de Gobierno Abierto 2016-2018 de establecer un marco para evitar el conflicto de interés en todo el ciclo de la política contra la obesidad.

  1. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA

La Secretaría de Educación Pública (SEP) ha desatendido su obligación de vigilar el cumplimiento de los lineamientos de alimentos y bebidas en las escuelas. Desde su implementación en 2014, como una regulación obligatoria y sancionable, la SEP no ha establecido ninguna multa contra una escuela por el no cumplimiento de esta regulación.

Los reportes indican que la mayor parte de las escuelas siguen comercializando alimentos y bebidas no saludables y que, incluso, directivos, maestros y administradores de cooperativas escolares desconocen la actual regulación.

  1. SECRETARÍA DE ECONOMÍA

La Secretaría de Economía, en representación del gobierno mexicano, ha intervenido en contra de las regulaciones implementadas en otras naciones para prevenir la obesidad y que han sido reconocidas por la propia Organización Mundial de la Salud.

Hay constancia de que la representación mexicana ante la OMC se ha pronunciado contra el etiquetado en Ecuador, Chile y Perú, los tres reconocidos por la OMS. De esta manera, el gobierno mexicano se ha puesto del lado de la industria en contra de las políticas que apoya la OMS.

 

 

 

UN RETO PARA EL GOBIERNO SUSTRAERSE A CABILDEROS DE LA INDUSTRIA

Para dar frente a las estrategias de la industria de ultraprocesados, tabaco y alcoholes es necesario que la presente administración esté libre de conflicto de interés en el diseño de políticas públicas.

En el marco del “Foro Determinantes de la salud: efectos, políticas y cómo enfrentarlos”, funcionarios de gobierno y expertos en el tema coincidieron que el país se encuentra ante una gran oportunidad para dar frente a los riesgos que implican los determinantes comerciales de la salud, que son las estrategias comerciales que han impulsado las industrias de ultraprocesados, bebidas azucaradas, tabaco y alcohol para incrementar el consumo de sus productos.

Los riesgos que implican los determinantes comerciales o económicos sobre la salud han sido señalados por varios años, en voz de expertos, organismos internacionales, y organizaciones.

De acuerdo con el Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, el Dr. Hugo López Gatell en la administración pasada se tuvo un fuerte conflicto de interés que permeó en el diseño de las políticas públicas careciendo de un sustento científico y estructural, lo cual llevó a la población a un estado de desprotección dejando de lado el derecho a la salud y a la vida misma.

Al respecto declaró: “Para ejercer la responsabilidad del Estado para la protección de los intereses públicos, es imprescindible declarar abiertamente que ha terminado un ciclo en el que los intereses privados tenían prioridad sobre los intereses públicos.”

El Subsecretario explicó que favorecer el interés comercial por encima del interés público “privó a la anterior administración de la posibilidad a nivel federal de implementar políticas públicas integrales encaminadas a enfrentar los determinantes comerciales de la salud, y desviando la atención, en concordancia con los intereses corporativos hacia otros elementos, como lo fue la campaña Chécate, Mídete, Muévete, cuya utilidad pública no se evaluó”.

Lo anterior hizo que se dejaran de lado aquellas regulaciones que podían poner en riesgo los intereses de las corporaciones, como la regulación de la publicidad dirigida a niños, un etiquetado frontal de advertencia en los productos ultraprocesados, o los lineamientos que restringen el acceso de ambientes no saludables alimentarios en las escuelas.

López Gatell informó que como primeras acciones a tomar por esta administración es el recién instalado grupo intersectorial para la salud, el bienestar y el nuevo sistema nacional agroalimentario en el que participan distintos sectores de la administración pública, como las Secretarías de Salud y Bienestar, de Economía, Hacienda, Agricultura y Desarrollo Rural.

Asimismo, uno de los pilares de la nueva política de prevención y control del sobrepeso, la obesidad y la diabetes estará basado en la reconstrucción de un nuevo sistema agroalimentario que sea justo, sostenible y saludable.

Por otro lado, el Foro también se hablaron de las contradicciones inherentes entre la naturaleza y los objetivos de las industrias de ultraprocesados, bebidas azucaradas, tabaco y alcohol quienes tienen como principal razón de ser el logro de utilidades, no así la salud humana. Es decir, si para lograr ventas se pone en riesgo la salud humana, no hay un argumento para evitar las regulaciones para proteger la salud. Sus ganancias dependen del volumen de sus ventas y, las acciones que las disminuyen están en contra de la naturaleza de su actividad, por ello la reacción de estas empresas en contra de las medidas de salud pública. Ante la competencia feroz, todas las industrias pelean por los mercados.

Al respecto el Dr. Juan Rivera Dommarco, director del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) declaró: “Los objetivos de salud pública para disminuir las Enfermedades Crónicas No Transmisibles, requieren de la restricción en el consumo de bebidas azucaradas, y alimentos ultraprocesados, tabaco y alcohol, lo que lleva a un conflicto entre la salud pública y la industria, ya que son objetivos irreconciliables.” Y agregó: “El Estado tiene la obligación de velar por la salud de la población por encima de los intereses comerciales.”

Rivera Dommarco reconoció que cualquier política que se ha intentado implementar en favor de la salud pública ha tenido una fuerte oposición frontal de la industria, como ha sido el caso de la promoción de la jarra del agua del buen beber, la restricción de la venta de alimentos y bebidas en las escuelas, la publicidad dirigida a niños, y el impuesto a bebidas azucaradas, y ejemplificó cómo las industrias desplegaron respuestas coordinadas en contra de estas políticas, porque la gran mayoría de las industrias venden bebidas azucaradas.

De acuerdo con los expertos, para dar frente a estos determinantes comerciales de la salud en esta administración se tendrá un proceso de transformación del sistema nacional de salud que tendrá como fundamento las políticas multisectoriales, la acción comunitaria y los servicios de salud preventivos, curativos y de rehabilitación.